sábado, 28 de abril de 2012

FELIZ DÍA DE LA MADRE


 ¡Cuánto cariño y entrega… y sacrificio y ternura… y amor y esperanza! Todo eso junto, encerrado en una mirada. Al ver este anuncio, dan ganas de gritar por dentro: “¡Gracias, mamá, muchas gracias!”.


Hoy quisiera brindar por todas las madres del mundo. Por esa entrega abnegada y silenciosa que hace de la casa un hogar entrañable, y del mundo un lugar más humano, donde todos podemos realizarnos


GRACIAS A NUESTRA MADRE POR TODO LO QUE NOS HA DADO: VIDA, AMOR, ENTREGA... SON UN REGALO DE DIOS.

VOCES UNIDAS

EL PRIVILEGIO DE DAR

Dale de beber a los que tienen sed
Dale pan a los que lloran por comer
Comparte tu tiempo, lo que tienes y tu fe
Se un buen ser humano
Y lo que hagas hazlo bien
Dale a los enfermos esperanza y paz
Dale apoyo a los que están sin libertad                                        
Lleva compañía al que vive en soledad
Llévale consuelo al que ha perdido un familiar
Es el privilegio de dar
Es sentirse realizado
Caminar con Dios al lado
Es el privilegio de dar
Es la esencia de la vida
La mayor alegría
Dar de lo que tienes
Sin buscar compensación
Lo que hagas que te lo pague Dios

miércoles, 25 de abril de 2012

DOMINGO DEL BUEN PASTOR

"Nadie me quita la vida; yo la entrego libremente"
  • El nombre de Jesucristo: por su nombre se presenta éste sano

Pedro se dirige en la primera lectura a las gentes importantes de Jerusalén (jefes y senadores), después de la curación del paralítico que pedía en la puerta del templo; Jesús lo hace a los fariseos. Todos presumen de ostentar grandes títulos, y con ellos pretenden alcanzar poder y tener autoridad. Jesús se llama a si mismo “pastor”; los primeros cristianos le reconocen como “piedra desechada”. Los humanos buscamos refugiarnos en grandes títulos e imágenes brillantes. Pero sólo Cristo salva, y “no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos”. Nos confunde demasiado el poder o el subir, el aparentar o el ser autoritarios. Nos seduce alcanzar grandes metas. Pero Jesús llega desde lo humilde y lo pequeño. A veces nuestros grandes proyectos no tienen piedra angular en los que apoyarse. ¿En qué nombre, en qué llamada o en qué centro se sostiene mi vida?
  • La piedra desechada es ahora piedra angular

La Pascua nos trae el misterio de la Vida escondido detrás de la experiencia de fracaso, humillación y dolor. Experiencias que todos vivimos y que ayudan a crecer. La resurrección rescata “el lado oscuro de lo humano” como oportunidad de gracia y de felicidad. Cuestiona al “superhombre” y apuesta por el sencillo. ¡Es la opción por lo humano con todas sus consecuencias! ¿En qué experiencias de debilidad, propias o ajenas, soy capaz de encontrar las pistas del Resucitado?
  • Somos hijos de Dios, y seremos semejantes a Él

Sencillamente por el “amor que nos ha tenido el Padre”. Sólo el amor tiene fuerza para construir un proyecto de vida feliz; tiene un potencial y una garantía de futuro, de superación, de eternidad. ¡El amor lleva siempre más lejos, más hondo! El amor hace verdaderos hijos de Dios, semejantes a Él. Y por tanto genera cristianos resucitados, hermanos de todos. Quien quiera una vida realizada y dichosa sólo puede orientarla desde aquí. Cualquier opción humana al margen del amor se convierte en frustración. ¿Es el amor el motor de mi relación con Dios, el criterio por el que pasan mis decisiones?
  • El pastor y el asalariado: El buen pastor da la vida por las ovejas

El pastor humilde, tantas veces inculto, cuida de sus ovejas y le va la vida en ello; tal vez por cariño, o mejor por mero interés económico y vital. Sus ovejas son su todo. Por eso puede conocerlas, cuidarlas, llamarlas por su nombre, caminar pacíficamente detrás de ellas. No hay nada de romántico en ello, sino de normal y rutinario. ¡El es así! La tarea evangelizadora de la Iglesia se ha llamado muchas veces “pastoral”, pues se realiza al modo de Jesús buen Pastor. Los asalariados no tienen entrañas ni intereses. Se sirven del rebaño para fines ajenos a él. Simplemente, no les importan las ovejas.
Esta imagen cuestiona el modo como queremos pasar por la vida como cristianos. ¿Entendidos de todo, profesionales de la Palabra, misioneros titulados? ¿O sencillamente hombres y mujeres buenos, cautivados por el Dios que es bueno con nosotros y cuya bondad (sí, su bondad y su misericordia) queremos transmitir como una urgencia? Vivir el Evangelio en clave “pastoral” supone un riesgo…
  • Conozco a las mías y ellas me conocen

Toda vocación humana implica un conocimiento, una relación profunda. No se ama lo que no se conoce. Si nuestro conocimiento de Jesús (en la oración, los sacramentos, el estudio, el servicio, etc) es pobre, más pobre será nuestra relación y lo que de ella se deriva. La vocación cristiana, bautismal, implica un deseo apasionado de conocer más, mejor, al Dios de Jesús; y así me voy conociendo más y mejor a mí mismo. La primera llamada del Resucitado es a “estar con Él a solas”, ahondar en el conocimiento hondo de su vida escondida en la mía. ¿Le dedico tiempo, espacios y oportunidades a ese conocimiento?
  • Nadie me quita la vida, sino que la entrego libremente

Y la vocación de especial consagración es aquella que quiere volar más lejos, más alto. “Hasta el extremo”, hasta entregar la vida… Hoy, que nada se suele entregar “gratis” y con libertad, Dios sigue llamando a hombres y mujeres, esos que ya le conocen bien, para que reproduzcan con su existencia la misma existencia gratuita de Cristo. En pobreza, amor, libertad y servicio. Como un acto de generosidad absoluta. En “dar la vida a una causa”, en darla “a la causa del Resucitado” para traer salvación al mundo, hay una felicidad difícil de medir…
  • Habrá un solo rebaño y un solo pastor

De orar se trata. De “escuchar su voz”. O lo que es lo mismo, de conocer más y más a este Dios y dejarse cautivar por su amor. De pedirle que Su Caridad despierte caridad en otros, y contagie caridad al mundo.
Fr. Javier Garzón Garzón
Real Convento de Predicadores (Valencia)                           

THE HOLY BIBLE

LA BIBLIA

CARTAS A DIOS

miércoles, 18 de abril de 2012

TESTIGOS ( J.A. PAGOLA )




3 Pascua (B) Lucas 24, 35-48
TESTIGOSJOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
ECLESALIA, 18/04/12.- Lucas describe el encuentro del Resucitado con sus discípulos como una experiencia fundante. El deseo de Jesús es claro. Su tarea no ha terminado en la cruz. Resucitado por Dios después de su ejecución, toma contacto con los suyos para poner en marcha un movimiento de “testigos” capaces de contagiar a todos los pueblos su Buena Noticia: “Vosotros sois mis testigos”.
No es fácil convertir en testigos a aquellos hombres hundidos en el desconcierto y el miedo. A lo largo de toda la escena, los discípulos permanecen callados, en silencio total. El narrador solo describe su mundo interior: están llenos de terror; solo sienten turbación e incredulidad; todo aquello les parece demasiado hermoso para ser verdad.
Es Jesús quien va a regenerar su fe. Lo más importante es que no se sientan solos. Lo han de sentir lleno de vida en medio de ellos. Estas son las primeras palabras que han de escuchar del Resucitado: “Paz a vosotros… ¿Por qué surgen dudas en vuestro interior?”.
Cuando olvidamos la presencia viva de Jesús en medio de nosotros; cuando lo hacemos opaco e invisible con nuestros protagonismos y conflictos; cuando la tristeza nos impide sentir todo menos su paz; cuando nos contagiamos unos a otros pesimismo e incredulidad… estamos pecando contra el Resucitado. No es posible una Iglesia de testigos.
Para despertar su fe, Jesús no les pide que miren su rostro, sino sus manos y sus pies. Que vean sus heridas de crucificado. Que tengan siempre ante sus ojos su amor entregado hasta la muerte. No es un fantasma: “Soy yo en persona”. El mismo que han conocido y amado por los caminos de Galilea.
Siempre que pretendemos fundamentar la fe en el Resucitado con nuestras elucubraciones, lo convertimos en un fantasma. Para encontrarnos con él, hemos de recorrer el relato de los evangelios: descubrir esas manos que bendecían a los enfermos y acariciaban a los niños, esos pies cansados de caminar al encuentro de los más olvidados; descubrir sus heridas y su pasión. Es ese Jesús el que ahora vive resucitado por el Padre.
A pesar de verlos llenos de miedo y de dudas, Jesús confía en sus discípulos. Él mismo les enviará el Espíritu que los sostendrá. Por eso les encomienda que prolonguen su presencia en el mundo: “Vosotros sois testigos de esto”. No han de enseñar doctrinas sublimes, sino contagiar su experiencia. No han de predicar grandes teorías sobre Cristo sino irradiar su Espíritu. Han de hacerlo creíble con la vida, no solo con palabras. Este es siempre el verdadero problema de la Iglesia: la falta de testigos. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

TERCER DOMINGO DE PASCUA- CICLO B

lunes, 16 de abril de 2012

Vídeo para Cáritas

En estos tiempos de crisis que estamos viviendo los españoles, se nos requiere una mayor solidaridad con todos aquellos que por cualquier causa están perdiendo todo.

Alejandro Toledo, un famoso publicista ha regalado a Cáritas este spot para concienciarnos de lo que está sucediendo, como él ha expresado: "En los comedores y albergues te esperas encontrar a gente homeless y cosas así. Pero la realidad es la que hemos conocido rodando. Las personas van vestidas con sus trajes del Corte Inglés. La imagen que teníamos de los necesitados ha cambiado radicalmente. Y eso es lo más impactante. Es algo que me puede ocurrir a mí, por ejemplo, a personas con hijos pequeños. Eso es lo que más me chocó», ha dicho el publicista en una entrevista en Radio Nacional.

miércoles, 11 de abril de 2012

LA PASCUA SEGÚN TWITER

ANGELES ENTRE NOSOTROS

RESURRECCIÓN



RESURRECCIÓN AMOR EN PLENITUD
( PIKAZA )





La salvación es una experiencia religiosa que está relacionada con la salud (como indica la raíz común de esos nombres), pero también con el amor, que implica plenitud y despliegue total de la vida. Esa experiencia de salvación y plenitud ha recibido nombres distintos: Paz, Shalom, Shalam, Iluminación, Nirvana, Tierra Pura, Brahmán etc. Éstas son algunas de sus notas.

1. Amor-gozo. Casi todas las religiones buscan la experiencia de un amor luminoso, libre, saludable. En esa línea se mueve la búsqueda de plenitud sus místicos y ascetas. Por eso, ellas ponen de relieve la exigencia de una transformación escatológica e interpretan la vida como placer integral, que se expande y expresa en toda la persona.
2. Creación-Vida. Las religiones han descubierto en general el poder de la muerte, que retorna siempre y pretende imponerse, dominando al hombre, en un eterno retorno de destrucción. Pues bien, de formas diversas (resurrección, inmortalidad, nirvana), ellas han querido superar el círculo de la muerte, arraigando al hombre en la Vida.
3. Curación-Salud. Salvación significa salud (en latín salus) e implica el despliegue esperanzado, fuerte, de la Vida que llena y sustenta a los hombres. Lo mismo el Tao que Buda o Cristo conciben la presencia y acción de lo sagrado como despliegue salvador, una trasformación del hombre que se hallaba enfermo. Por eso son importantes las curaciones o la curación radical del ser humano.
4. Iluminación-Luz: Las religiones tienen a concebir el pecado o maldición como falta de conocimiento. Su despliegue se concibe así como gnosis, iluminación o emergencia de una sabiduría superior, que destruye las tinieblas del mundo. Lo sagrado (Dios, lo divino) abre nuestros ojos para que podamos conocer lo que somos y así conocernos.
5. Inmortalidad. Las religiones místicas tienden a ver la salvación como vida inmortal, que superala muerte. En este contexto se puede hablar de una salvación supramundana y eterna, propia del alma, más que del cuerpo, en contemplación amorosa de lo divino.
6. Liberación-Libertad. Muchos conciben la vida actual como una esclavitud, bajo el dominio de Satanás o de otros poderes opresores. La religión se entiende, por el contrario, como experiencia radical de libertad. En esta línea se sitúan Cristianismo y Budismo, lo mismo que algunos filósofos que asumen elementos cristianos, como Hegel. En la actualidad, a partir de la experiencia bíblica se pone de relieve el valor salvador de la libertad histórica.
7. Reencarnación. El alma caída (cf. inmortalidad) realiza en este mundo un largo viaje de exilio y liberación, que se expresa en forma de re-encarnaciones. Los hombres nacemos de un genoma biológico, que nos ha sido transmitido a través de unos padres; nacemos también de una tradición cultural, que nos ofrece la sociedad y familia en la que nos socializamos; pero nacemos, finalmente, en el plano más profundo, de un proceso anímico. Nuestra vida verdadera, el alma, proviene de otras almas y así sigue rodando en los giros de la tierra, hasta que logra liberarse y pasa a lo nirvana (se introduce en el amor de lo divino).
8. Resurrección. Para las religiones monoteístas, la salvación se concibe, sobe todo, en forma de resurrección tras la muerte, pero no como huída de este mundo y de su historia, sino como ratificación de los valores del mundo y de la historia.

Desde ese fondo podemos decir religiones están especializadas en ofrecer al hombre una salvación integral, para que viva en gozo. La salvación no es sólo ausencia de enfermedad corporal, sino que plenitud de sentido, amor gozoso, existencia reconciliada. En este contexto podemos hablar de aquello de lo que quieren salvarnos las religiones. El judaísmo quiere salvarnos de la idolatría (de los dioses destructores). El cristianismo quiere salvarnos del ocio, de la falta de perdón y dela muerte. El Islamnos salva de la falta de paz; el budismo salva de la oscuridad; el hinduismo salva de la dispersión; el taoísmo salva de la falta de armonía… Desde ese fondo, podemos decir que las religiones son formas intensas de amor, de vinculación o encuentro personal con el misterio, que toma en cada caso matices distintos, pero siempre vinculadas con la salvación que ofrece el amor.
En las cósmicas el amor salvador se entiende como experiencia de inmersión en el proceso de la Vida: en su gran corriente de Realidad nos hallamos inmersos; en ella estamos asentados, con todo nuestro afecto. Las religiones de la interioridad tienden a interpretar el amor en sentido más platónico, como salida y ascenso que nos lleva desde este mundo al plano superior de la Bondad absoluta, que se identifica con lo divino. Finalmente, las religiones monoteístas o históricas acaban entendiendo el amor como expresión de encuentro creador, en una línea vinculación afectiva y servicio personal, especialmente a favor de los más necesitados.
Conforme al testimoniode la tradición de Israel, el amor religioso tiene dos momentos salvadores básicos. (1) Es un gesto de servicio concreto que se dirige a los carentes y excluidos, es decir, a los expulsados de la sociedad. En esa línea, la legislación bíblica habla de ayudar al extranjero, al huérfano y a la viuda, tres tipos de personas que corren el riesgo de perecer, dentro de una sociedad que les rechaza o ignora (cf. Ex 22, 20-23; Dt 16, 9-15; 24, 17-22). Así lo ratifica la Carta cristiana de Santiago diciendo que la religión pura y limpia consiste en ayudar a los huérfanos y viudas en su necesidad (Sant 2, 27). (2) El amor es un gesto de intimidad afectiva, tal como ha destacado desde Oseas, Isaías o el Cantar de los Cantares. El amor se expresa en la comunicación personal, con su elemento afectivo y erótico. Desde ese fondo, la religión es comunicación vital, despliegue de gozo enamorado, afirmación positiva de la realidad y compromiso gozoso a favor de la Vida.
Teniendo eso en cuenta, desde el judaísmo, podemos afirmar que la religión es amor hecho vida y palabra, en las dos formas básicas de la intimidad personal (enamoramiento), la comunicación alimenticia (que para los cristianos se expresa en pan compartido) y la apertura liberadora. En ese contexto se vinculan las tres grandes imágenes de la plenitud de amor, tal como han sido elaboradas por la tradición monoteísta: las bodas de la intimidad afectiva, el banquete de la comunión fraterna o amistosa del grupo y el servicio a los necesitados, tal como se expresa en el símbolo del juicio de Mt 25, 31-46: alimentar al hambriento, acoger al extranjero, vestir al desnudo, visitar al enfermo, acompañar el encarcelado. La religión es amor hecho encuentro concreto de bodas, comunión y liberación, conforme a un simbolismo donde se vinculan justicia social e intimidad personal, unión espiritual y vinculación del grupo.
Desde ese fondo podemos destacar la aportación del budismo y cristianismo. Para el budismo, la salvación se interpreta como nirvana, es decir, como cesación de todos los deseos que separan al hombre de la compasión universal, encerrándole en su propio egoísmo. Para el cristianismo, la salvación total se interpreta como resurrección para el amor, es decir, como cielo. Pero esa salvación comienza ya en el mundo: Jesús ha ofrecido a los hombres la “salud” de Dios, la gracia de la vida, para que puedan expresarnos en gozo y libertad sobre la tierra, sin opresión de unos sobre otros, sin miedo a la condena. Desde ese fondo, la iglesia cristiana ha destacado los signos salvadores de tipo “sacramental”, aquellos gestos sagrados, que se vinculan a los grandes momentos de la vida humana (bautismo o nacimiento a la gracia, eucaristía o pan compartido en Cristo, matrimonio o celebración del amor mutuo…), de tal forma que en ellos viene a expresarse la novedad y hondura de la vida de Cristo. Eso significa que los hombres no estamos perdidos en un mundo sin signos, ni señales, sino que pueden vivir ya en amor desde este mundo, expresando en su propia vida la salvación de Dios.

SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA- CICLO B

SALMO 2º DOMINGO DE PASCUA- CICLO B

sábado, 7 de abril de 2012

DOMINGO DE RESURRRECCCIÓN- CICLO B







Domingo de Resurrección (B) Juan 20, 1-9
MISTERIO DE ESPERANZAJOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
ECLESALIA,04/04/12.- Creer en el Resucitado es resistirnos a aceptar que nuestra vida es solo un pequeño paréntesis entre dos inmensos vacíos. Apoyándonos en Jesús resucitado por Dios, intuimos, deseamos y creemos que Dios está conduciendo hacia su verdadera plenitud el anhelo de vida, de justicia y de paz que se encierra en el corazón de la Humanidad y en la creación entera.
Creer en el Resucitado es rebelarnos con todas nuestras fuerzas a que esa inmensa mayoría de hombres, mujeres y niños, que solo han conocido en esta vida miseria, humillación y sufrimientos, queden olvidados para siempre.
Creer en el Resucitado es confiar en una vida donde ya no habrá pobreza ni dolor, nadie estará triste, nadie tendrá que llorar. Por fin podremos ver a los que vienen en pateras llegar a su verdadera patria.
Creer en el Resucitado es acercarnos con esperanza a tantas personas sin salud, enfermos crónicos, discapacitados físicos y psíquicos, personas hundidas en la depresión, cansadas de vivir y de luchar. Un día conocerán lo que es vivir con paz y salud total. Escucharán las palabras del Padre: “Entra para siempre en el gozo de tu Señor”.
Creer en el Resucitado es no resignarnos a que Dios sea para siempre un “Dios oculto” del que no podamos conocer su mirada, su ternura y sus abrazos. Lo encontraremos encarnado para siempre gloriosamente en Jesús.
Creer en el Resucitado es confiar en que nuestros esfuerzos por un mundo más humano y dichoso no se perderán en el vacío. Un día feliz, los últimos serán los primeros y las prostitutas nos precederán en el Reino.
Creer en el Resucitado es saber que todo lo que aquí ha quedado a medias, lo que no ha podido ser, lo que hemos estropeado con nuestra torpeza o nuestro pecado, todo alcanzará en Dios su plenitud. Nada se perderá de lo que hemos vivido con amor o a lo que hemos renunciado por amor.
Creer en el Resucitado es esperar que las horas alegres y las experiencias amargas, las “huellas” que hemos dejado en las personas y en las cosas, lo que hemos construido o hemos disfrutado generosamente, quedará transfigurado. Ya no conoceremos la amistad que termina, la fiesta que se acaba ni la despedida que entristece. Dios será todo en todos.
Creer en el Resucitado es creer que un día escucharemos estas increíbles palabras que el libro del Apocalipsis pone en boca de Dios: “Yo soy el origen y el final de todo. Al que tenga sed, yo le daré gratis del manantial del agua de la vida”. Ya no habrá muerte ni habrá llanto, no habrá gritos ni fatigas porque todo eso habrá pasado. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

DOMINGO DE RESURRECCIÓN- CICLO B

FELIZ PASCUA 2012

LOS GITANOS CANTAN A DIOS