Llegado el mes de septiembre, y especialmente la fecha de su último domingo, la mirada de todos los granadinos se vuelve hacia la Carrera del Genil y la Virgen de las Angustias. Y es que septiembre es, en Granada, el mes de la Virgen. Pocas fechas en el calendario de la ciudad están más marcadas por una celebración, un rito, una devoción. Desde el primer día del mes, y hasta el último, la Basílica de la Carrera del Genil se convierte en un punto obligado de encuentro. Instituciones, colectivos, estamentos sociales... toda la ciudad se da cita en los cultos a la Virgen. Además, dentro del mes, hay dos fechas esenciales: el 15 de septiembre con la ofrenda floral y el último domingo del mes con la salida procesional de la Patrona. Esos dos días miles de personas se acercan a estar con la Virgen de las Angustias, en una visita que parece estar, en muchas de ellas, incluso por encima de sus creencias o hábitos religiosos. De todos modos, históricamente no siempre fue septiembre el mes de la Virgen de las Angustias.
La inmensa mayoría de los granadinos participan en torno a esta tradicional celebración, que cada año deja impresas emotivas imágenes en torno a la Virgen. La devoción a la Virgen de las Angustias está muy asentada entre los granadinos, que parecen estar totalmente familiarizados con imágenes que se repiten de año en año como la de los caballeros horquilleros llevando las andas de la Señora o el imposible movimiento de la toldilla de respeto que cubre a la Virgen en su salida y luego, durante la procesión, figura tras el paso de la Patrona. Pero lo cierto es que muchos desconocen el origen de bastantes de estos elementos que se han hecho ya tradicionales del mes de septiembre en Granada.
Historia
Aunque la Virgen de las Angustias se ha convertido desde hace mucho tiempo en la referencia del mes de septiembre en Granada, no siempre fue así. La hermandad fue fundada por veinte personas en el año 1545, siendo en sus inicios hermandad de penitencia, después hermandad sacramental y tras la fundación de la Parroquia de las Angustias pasó a hermandad asistencial, llegando a poseer un hospital pequeño con siete camas. Después se haría definitivamente hermandad patronal.En el año 1556 ya contaba la hermandad con 500 hermanos, por lo que le surgió incluso la necesidad de contar con un local más grande. De 1581 son las actas más antiguas conservadas de la hermandad. Inicialmente fue, como ya hemos dicho, una hermandad penitencial que salía generalmente el Jueves o Viernes Santo, y fue así durante el siglo XVIII. Ya en el XIX pasó a procesionar en el tiempo Pascual, generalmente en el Domingo de Resurrección o el Lunes de Pascua. En 1887, con el refrendo de la Santa Sede del Patronazgo que ya había adoptado el Ayuntamiento casi un siglo antes, fue cuando empezó a salir en procesión a mediados del mes de septiembre, pasando luego a hacerlo a finales de dicho mes como todavía ocurre en la actualidad.
De este modo, poco a poco, quedó constituido el mes de septiembre del modo en el que lo conocemos hoy: plagado de actos de culto a la Virgen de las Angustias, imagen que representa a María al pie de la cruz sosteniendo el cuerpo sin vida de Cristo, un tipo iconográfico denominado de ‘La Piedad’ y que adquirió gran raigambre devocional durante la época medieval, de donde proceden las desgarradoras representaciones que el arte gótico francés alemán nos ha legado.
Frutos y dulces
Pero la festividad de la Virgen de las Angustias, y el septiembre granadino, conlleva otros muchos aspectos que escapan, incluso, del carácter religioso de la tradición. Es el caso, por ejemplo, de todo un mundo gastronómico que con el paso de los siglos fue creciendo en torno a la salida procesional de la Patrona, y a las fechas del calendario en las que esto sucede: el otoño.Es común, en estas fiestas otoñales de Granada, ver los puestos de frutos secos y tortas en los alrededores de la Fuente de las Batallas y la Plaza del Campillo. Las acerolas, azofaifas, almencinas, caquis, granadas, racimos de uvas de los parrales de Cájar, membrillos, higos secos, chumbos... y las primeras castañas del Hotel del Duque, se convierten en acólitos elementos gastronómicos de la Señora. Curiosamente, muchos de los nombres de estos frutos tiene procedencia árabe, como por ejemplo la azufaifa, que proviene de la palabra árabe azufaizat, aunque el árbol que da este fruto es originario de China.
Como se ve, llegado septiembre la Carrera del Genil y los alrededores de la Basílica de las Angustias se convierten en centro devocional del corazón de Granada. Parecen volver aires antiguos, tradiciones revividas y recuerdos del pasado que se van transmitiendo de padres a hijos. Incluso estas calles del centro de la capital parecen recobrar el sabor de la Granada que se fue, porque todo se vuelve hacia esa mirada caída de la que en la Basílica del Genil espera cada día del resto del año la llegada de este mes.
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