FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS
Los santos son los que cambian el mundo” Con esta impresionante frase, el Papa Benedicto XVI, se dirigía a los fieles congregados en la plaza de la Catedral de Erfurt (Alemania) el pasado mes de septiembre.
Y nos recordaba, entre otras cosas, que aunque sean pocos, fueron y son sal y luz. Son grandes porque grande fue amor radical a Dios y al prójimo.
Los santos apostaron fuerte: descubrieron que Dios era lo máximo y dieron firme testimonio de El.
¡Nosotros! También estamos convocados a no quedarnos bajo mínimos. Podemos alcanzar altas cotas de perfección y de santidad, de caridad y de amor, de alegría.
Honrar la memoria de Todos los Santos es recoger la antorcha que ellos sostuvieron en sus manos: la adhesión a Jesucristo muerto y resucitado, y saber crecer espiritualmente aún en medio de defectos o debilidades.
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