domingo, 2 de diciembre de 2012

MARIA INMACULADA- MISIONERAS CLARETIANAS





A imitación de la Purísima Virgen María”
María, en su vida pobre, obediente y virgen, consagrada totalmente a la obra del Señor,
debe ser la gran “señal” en el camino de nuestra vida. Su fidelidad a Cristo y protección
materna sobre la Iglesia y humanidad, contemplados desde la Palabra de Dios, nos
estimulan en el proceso de crecimiento, para colaborar en su función maternal sobre el
pueblo de Dios.
El Misterio de la Inmaculada, en nuestros Fundadores, es un dinamismo de lucha contra
lo que se opone al Reino de Dios. Esto reclama una formación iluminada y valiente. (cf.
Const. 9. 30. 31. 84)
Ser apóstoles al modo de María Inmaculada requiere crecimiento en disponibilidad
misionera y apertura a la acción de Dios en nosotras de modo que nuestro amor sea
fecundo y creador, que no busque ningún tipo de compensación. Nos ayuda a crecer y
vivir la misión desde nuestro ser de mujeres y ofrecer un testimonio de realización
femenina. Ella misma es Maestra y Formadora en este camino.

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