sábado, 21 de enero de 2012

TERCER DOMINGO TIEMPO ORDINARIO- CICLO B

Jon 3, 1-5
1 Cor 7, 29-31
Mc 1, 14-20

Seguimos recordando historias vocacionales: de Jonás a Juan Bautista, de Juan a los pescadores de Galilea. Cambian mucho las formas y los contenidos, pero en todo momento, ayer y siempre, permanece la Palabra del Señor, permanece Cristo, que es Palabra viva de Dios.

En la lectura del libro de Jonás, se pone de manifiesto que Dios está abierto a todos, incluso a los opresores como era el imperio de Nínive para el pueblo de Israel. Esta es una afirmación dura, pero nos demuestra que para Dios no hay nada imposible. El mensaje es también para el pueblo de Israelo para todos los que desde la seguridad de su religión, Dios puede castigar, pero el mensaje es que la conversión es un cambio de mentalidad radical.

    En el evangelio, se pide un cambio para este tiempo nuevo ¡ Conversión ! Convertirse es tomar una actitud nueva, una mentalidad creadora, es creer en el evangelio. Creer es confiar en las buenas noticias que vienen de parte de Dios.
  La llamada a los discípulos pone de manifiesto que el evangelio siempre ha contado con testigos que desde el principio forman una comunidad. El anuncio del evangelio provoca decisiones personales creando comunidad y fraternidad.
  Jesús no es un solitario que anuncia ideas extrañas, sino que llega al corazón de los hombres, hasta el punto de dejar su modo de vivir por la causa del Reino
 El " sígueme " de Jesús, de su evangelio, es una palabra creadora, no de doctrina, no son ideas, sino que provoca un estilo de vida.
         ( Tomado de Fray Miguel de Burgos O.P  )


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