Para poder dar testimonio de algo es preciso ser testigo de ese acontecimiento de modo que así puedas verificar su existencia. Me enorgullece poder presenciar cada semana cómo nuestros niños de 5º E.P. crecen interiormente en su dimensión espiritual, cómo son capaces de dar gracias por la vida, por sus familias; de pedir a nuestro Señor por los que sufren, por los que están solos... En verdad esta experiencia nos hace crecer también a nosotros educadores cristianos.
Es maravilloso poder contar con un poco de tiempo para encontrarnos con Dios, para comunicarnos libremente con Él, a través de nuestro corazón abierto y dispuesto, tan sólo es necesario escuchar su llamada y tener ganas... Los niños constituyen ejemplos excepcionales de cómo este diálogo trascendente es real, es palabra viva y resultado de nuestra fe firme.
¡ Os animo a compartir esta experiencia tan gratificante !
Realmente merece la pena...
Patricia Baquero. Profesora de 3º ciclo de E.P y monitora de Oratorio
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