miércoles, 30 de noviembre de 2011

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO-CICLO B


Primera lectura : Is 40, 1-5. 9-11
Salmo responsorial: 84, 9-14
Segunda lectura: 2Ped 3, 8-14
Evangelio: Mc 1, 1-8

En los tiempos que escribe el profeta Isaías el pueblo de Israel se encuentra en el exilio de Babilonia y es inminente un posible retorno a la tierra de Israel.Isaías da aliento a su pueblo diciéndoles que ya han satisfecho la pena que tenía estipulada por sus culpas, satisfacción lograda por medio de la esclavitud y los trabajos forzados que han sufrido.
Dios es el Señor, el Dios de Israel que retorna glorioso triunfante a Jerusalén por un camino preparado por él. Todo monte será rebajado,allanado, aplanado para hacer una senda al Señor.

El Salmo canta la esperanza del pueblo desterrado que ahora retorna. La justicia y la paz reinarán. Es la espera y la esperanza en un futuro mejor.

La carta de S. Pedro, nos sitúa dentro del debate sobre el día de la segunda venida del Señor. El apósto responde que el Señor no se retrasa en el cumplimiento de la promesa como ellos suponen, sino que usa de la paciencia de los hombres queriendo que todos lleguen a la salvación.
   
 El Evangelio de Marcos, se centra en la predicación de Juan Bautista. En él se cumple la profecía de Malaquías según la cual vendrá un mensajero delante del Mesías; y del profeta Isaías que expresa la misión del precursor, preparar el camino de aquel que va a venir.
      La liturgia de este domingo de adviento, nos invita a la esperanza, a creer que en medio de las dificultades, de las persecuciones, de las realidades más duras de la vida; es posible un futuro mejor, porque el Señor es fiel a quienes asumen los valores de la verdad, de la justicia y de la fraternidad.

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